Ordenando la casa

Por Gustavo Vergara. Coordinador del Núcleo Economía, Fundación Territorios Colectivos

Cuando el presidente Gabriel Boric asumió el gobierno en marzo del 2022 el país enfrentaba una de las 3 crisis económicas más grandes de su historia, con indicadores que no se veían hace más de 30 años en desempleo, inflación, e índices de desarrollo industrial. Esto a consecuencia de haber vivido un estallido social que frenó a medias todo tipo de actividad justo un par de meses antes de que la pandemia nos obligara a recluirnos por casi un año y medio, para recién comenzar un lento y muy desorganizado retorno durante el 2021.

Esta crisis que atraviesa aun el país se explica por varios motivos, primero por la pandemia que frenó el comercio internacional y corto las líneas de abastecimiento a nivel mundial, algunas de las cuales nunca se recuperaron, lo que ha puesto presión a los precios y ha dificultado el abastecimiento de todo tipo de productos, seguido por el conflicto entre Ucrania y Rusia que ha afectado el abastecimiento de gas y granos principalmente en Europa y África, lo que ha hecho subir aún más sus precios en todo el mundo. Para frenar esta presión inflacionaria la FED, el banco central de USA, subió la tasa de interés para hacer más atractivo el ahorro en su propio país y así ir frenando el exceso de circulante (lo mismo que hizo nuestro banco central), lo que hizo que los inversionistas prefirieran invertir en USA y con esto subió el precio del dólar en todo el mundo, incluido Chile, lo que nuevamente hace que los precios suban en nuestro país.

A este escenario internacional agreguemos el mal manejo de las ayudas económicas en pandemia en Chile, donde el primer año el gobierno de Piñera no entregó apoyos suficientes ni a tiempo a las familias más necesitadas, solo basta recordar al ex ministro de Hacienda Briones celebrando que el IFE fuera solo de $65.000 cuando ya llevábamos más de 6 meses encerrados, o a la ex diputada y hoy secretaria general de la UDI Pepa Hoffmann que salía celebrando esta miseria pues “la gente no puede depender del estado”. Esta ideología neoliberal permitió la suspensión de contratos dejando que los trabajadores gastaran su seguro de cesantía para luego igualmente ser despedidos, lo que terminó por forzar a la modificación de la constitución que permitió el retiro de fondos de la AFP como último recurso ante las protestas por hambre en las poblaciones, posteriormente durante el segundo año de pandemia y ante la proximidad de elecciones, el gobierno comenzó a entregar apoyos de manera indiscriminada, inundando de efectivo la economía. Toda esta cadena de eventos fue producto del sesgo ideológico del gobierno anterior, y terminaron empujando a que la inflación fuera mucho más fuerte y profunda de lo que realmente podría haber sido.

Pero no solo en la economía (que se supone que es el fuerte de la derecha) el gobierno anterior tomo decisiones erradas. En educación simplemente cerraron las escuelas y mandaron a todos y todas a la educación a distancia, pero lo hicieron sin entregar equipos a docentes, ni medios de conectividad, ni diseñaron un currículo o siquiera material audiovisual de apoyo para este nuevo formato, ni se preocuparon de capacitar a las y los docentes en las nuevas tecnologías, ni hablar de las necesidades de los niños, niñas y adolescentes, simplemente dejaron que las y los profesores lo hicieran desde sus espacios privados, con sus equipos y pagando su propia conexión. Algo similar ocurrió en salud, donde hoy se enfrenta la gran crisis de atenciones que no se realizaron durante dos años, sin tener una real perspectiva de cuanta gente puede haber muerto esperando una atención. Ni hablar de la seguridad, donde los ingresos por pasos fronterizos no habilitados se dispararon, considerando que desde 2010 al 2017 pasamos de poco más de 400 a casi 3.000, mientras que el 2018 partimos en más de 6.000 y llegamos a más de 23.500 ingresos por pasos no habilitados a finales del 2021, lo que hoy nos dejado instaladas bandas criminales internacionales que han implementado formas más violentas para imponerse principalmente en el norte del país, esto además de la proliferación de mafias que controlan los espacios para el comercio informal en los barrios céntricos y plazas municipales, y de la radicalización de la violencia en la zona de la Araucanía en torno al robo de madera.

Con este panorama tuvo que entrar a trabajar un gobierno con buenas ideas y poca experiencia, teniendo que cumplir las expectativas de quienes esperaban que de la noche a la mañana todo volviera a funcionar como si nada hubiera pasado y sufriendo el asedio de los medios de comunicación controlados por fuertes intereses económicos contrarios al sector que representa el presidente Boric y, también es justo mencionar, con más de algún traspié comunicacional o error no forzado en su primer año de gestión.

Pese a todo lo anterior, el gobierno está sacando la tarea adelante, volviendo a posicionar a Chile como el mejor destino de inversión en América Latina, gracias a la baja del Credit Default Swap, que básicamente mide el riesgo de no pago por parte del estado de Chile, pero además realizando un gran esfuerzo para controlar la presión inflacionaria mucho antes de lo que se preveía, gracias a las diversas medidas implementadas como el bono de 120 mil pesos chilenos, que representa cerca de US$ 120, para 7,5 millones de personas, la extensión del permiso posnatal parental, la ampliación de las postulaciones a subsidios laborales, y principalmente la ampliación en 3 oportunidades en el último año (Enero, Marzo y Junio) del fondo de estabilización de los combustibles, para evitar que el aumento del valor del petróleo se traspase a los valores de los alimentos u otros bienes de consumo, logrando incluso que en el último mes el precio de la bencina baje sistemáticamente. Todo lo anterior permitirá al Banco Central disminuir la tasa de interés ya para el segundo trimestre de este año, dándole un impulso al consumo interno y reactivando la economía nacional.

Además se ha realizado un trabajo impecable en atraer inversión extranjera, superando los US$17.000 millones el 2022, la cifra más alta desde el 2015, 36% más alta que el promedio de los últimos 5 años y 23% superior al promedio de la serie histórica, lo que representa una inyección de capital y recursos de largo plazo para nuestra economía, y que de pasadita ayudó a que el dólar bajara y se estabilizara cerca de los $780, lejos de los $1.000 que anunciaron los economistas que hicieron campaña por el Rechazo y han mantenido una agenda comunicacional en contra de este gobierno. Incluso se logró el primer superávit fiscal en más de una década al mismo tiempo que se avanzaba en una estructura presupuestaria más descentralizada donde se realizan transferencias de capital a los gobiernos regionales para que realicen iniciativas de inversión más pertinentes a sus realidades locales.

Pero no solo en economía se pueden ver los esfuerzos de un gobierno que busca impulsar transformaciones para el bienestar de todos, basta ver solamente la caída de la delincuencia un 36,7% en el barrio Meiggs, un 35,4% en plaza de Maipú y un 45,5% en plaza de armas de San Bernardo, gracias al plan de recuperación de espacios públicos, según cifras de Carabineros. Se trabajó fuertemente en la desarticulación de bandas de crimen organizado, especialmente las dedicadas al robo de maderas (recordar los operativos que llegaron hasta las oficinas de empresarios en Vitacura que financiaban el robo de madera y su reventa a las empresas forestales), lo que logro disminuir la violencia rural en la Araucanía en un 43%. Además de la aprobación del despliegue de las fuerzas armadas para el resguardo de la frontera y el control de la inmigración ilegal, especialmente en el norte del país.

Por último, vale la pena mencionar los avances en diversos ámbitos, como el copago cero en Fonasa, el aumento del sueldo mínimo a $400.000, el avance en la ley de 40 horas y en la ley TEA, la rápida y eficiente gestión ante los incendios en Viña del Mar a finales del 2022, y frente a los múltiples y simultáneos focos de incendio en 3 regiones del sur de Chile durante febrero del 2023, donde ya se han entregado los apoyos de emergencia a las familias y comenzaron a desarrollarse los planes de apoyo y reconstrucción de manera definitiva.

Todo este esfuerzo que se ha desplegado durante este primer año de gobierno, ha permitido ir ordenando la casa y retomando una senda de crecimiento para, como señala el medio especializado en economía internacional Bloomberg, ubicar a Chile nuevamente como el país más seguro para invertir en Latinoamérica.